Estamos ante un complejo que, en origen, fue uno de los siete molinos con los que contaba el monasterio de Yuso. En su día, la Comunidad decidió desprenderse del mismo, que fue adquirido por los antepasados de Raúl Vázquez Novoa, con quien hablamos de las instalaciones.

En 1902 se decidió la transformación del molino en Fábrica de Harinas y fue bautizada como La Gloria, en memoria de la esposa del fundador. Ubicada junto al rio Cárdenas, la máquina se mueve gracias a la energía del rio y a una turbina Sterling de 1925.

Está diseñada para tener un rendimiento muy alto, del 70%. Prácticamente toda la fábrica está hecha de madera y está perfectamente mantenida. Podría, perfectamente, ponerse en producción, pero hay ciertos requerimientos propios del Siglo XXI que las instalaciones no cumplen. Visitarla es un regalo para los sentidos, tanto para los mayores como para los niños.

El complejo está compuesto de la antigua casa de los molineros, que ahora es una casa rural, la fábrica, hoy un centro de interpretación, y los almacenes, hoy convertidos en una cafetería restaurante con vistas. Si quieres saber por qué se dice que es el Rolls Royce de las fábricas de harina, mejor la visitas. Tiene una apasionante explicación.