Admirar las vistas que podemos divisar desde la calle Corrales nos permite reflexionar acerca de los cultivos que tradicionalmente se han dado en San Millán. La remolacha y las patatas, por ser cultivos que precisan de humedad, se han dado muy bien, lo mismo que el cereal. También los frutales han estado siempre presentes y han colaborado en conformar la variable paleta de colores que a lo largo del año luce el paisaje del pueblo.

De todo ello hablamos con Emiliano Navas Sánchez, quien señala al trigo y el centeno como los cereales que mejor prosperan. En lo que a frutales se refiere, hay que destacar los manzanos, pero también los avellanos, los cerezos y algún castaño.

También ha habido cultivos que tuvieron su importante y que hoy son un recuerdo. Así, durante siglos, en San Millán ha habido linares. Hoy el cultivo del lino es un recuerdo apoyado en una realidad: aún es posible encontrar plantas del lino asilvestradas por la zona. Otro cultivo que casi ha desaparecido es la vid. Quedan alguna antigua viña que ya no se explota y poco más.

Los frutales, junto a los chopos, en encinal y las hayas conforman un colorido que va variando a lo largo del año. No, contemplar el paisaje no es en absoluto aburrido.